Por Pablo Cerdeira
Uno de los mayores desafíos de las ciudades es identificar y cruzar datos relacionados a los árboles y a las ocurrencias debido a las caídas relacionadas a los eventos climáticos. Es conocido que la existencia de árboles contribuye demasiadamente a mejorar la calidad de vida en los centros urbanos. Pero también es conocido que el proceso de manutención arbóreo es bastante complejo, por involucrar distintas atribuciones (se debe considerar que el periodo adecuado del año para podar según cada especie, la existencia de acoplamiento eléctrico entre las ramas – que requieren personal cualificado para su manipulación –, los riesgos involucrados con eventuales caídas y la clasificación de riesgo de cada región o tipo de árbol en relación a los tipos de ocurrencias climáticas).
Por ello, realizar un mapeo arbóreo adecuado e identificar los factores de riesgos de cada área son factores de gran impacto en el desarrollo urbano sostenible. El PENSA fue capaz de mapear las ocurrencias de pedidos de podas, de ciclos de eventos climáticos y definir riesgos para cada región, orientando los trabajos de los equipos de manutención de la ciudad.